El papanatas de Aaron Irizar López,
delegado del CEN del PRI, no ha podido ni hacer reaccionar a quiénes se han
erigido como caciques del priísmo sudcaliforniano, pues siguen con un
pensamiento anquilosado, que está muy lejos de parecerse a lo que se observa en
la política nacional.
Cierto, Ricardo Barroso no debería
estar empecinado en ser el presidente del PRI, pero la posición de Esthelita
Ponce e Isaías González Cuevas, está peor aún; rayan en la tozudez al pretender
imponer a Laura Medellín, como relevo de Mundo Salgado.