Por Bertha Sola
La forma de contagio de una enfermedad entre animales y
humanos inicia con el contacto estrecho.
Visita a tu veterinario, regálale salud hoy y siempre.
En el marco del Día del Perro, que se celebra en nuestro país
cada 22 de julio, vale la pena reflexionar que en cada caricia y muestra de
afecto, los perros y gatos no sólo transmiten amor, compañía, lealtad y
protección a sus dueños. Con cada abrazo las fieles mascotas también pueden
transmitir diferentes parásitos, como las garrapatas, que pueden “brincar” a
algún integrante de la familia. Y como todos esos parásitos también hospedan
sus propias bacterias, esas muestras de sincero amor pueden traducirse, tarde o
temprano, en severas lesiones o enfermedades de tipo hepático, respiratorio o
renal, que pueden finalizar en la muerte.
¿Amor igual a contagio?
La forma de contagio de una enfermedad entre animales y humanos inicia con
el contacto estrecho entre las especies sin tener un cuidado de higiene y
prevención. Y los niños son particularmente “blanco fácil” de los
parásitos al mostrar ese cariño incondicional con su mascota a través de los
juegos y besos a sus perros o gatos.
Existe también el contagio derivado del contacto directo con pulgas,
piojos, ácaros y garrapatas. Un ejemplo que comúnmente aplica para nuestras
mascotas favoritas es el simple hecho de acostarse en el pasto de parques donde
los perros defecan.
Ante esto, la recomendación más efectiva (y sencilla) es la limpieza de
manos después de jugar con nuestras mascotas.
Más allá de la rabia. De acuerdo con cifras oficiales, la rabia sigue
siendo la enfermedad transmisible de los animales al hombre (zoonosis) con
mayor espectro de gravedad. Si bien a la fecha no se tiene dato de decesos
humanos por esta causa, tan sólo el año pasado fueron aplicadas 15 millones de
dosis antirrábicas a perros y gatos, como medida preventiva ante este
padecimiento.
Pero hay muchos otros padecimientos zoonóticos que el hombre corre el
riesgo de adquirir al estar en contacto con una mascota con una higiene
deficiente.
Es posible detectar infección mediante la larva migrans que se presenta en
gusanos redondos como ascáridos y ancilostomas, misma que si no se detecta a
tiempo, puede viajar por debajo de la piel del humano e incluso llegar al ojo,
ocasionando lesiones tan severas como la ceguera permanente de quién lo padece,
generalmente menores de edad. Otra zoonosis son las taenias (pertenece al grupo
de gusanos planos), que propician la cisticercosis.
Así como el médico familiar o general es el encargado de la revisión
primaria del paciente humano, el médico veterinario es la vía adecuada para
determinar si es necesario realizar pruebas especiales para un adecuado
diagnóstico de un eventual riesgo sanitario para los dueños de las mascotas. Y
ello es una tarea de prevención.
Más vale (y es más barato) prevenir, que lamentar
De acuerdo con el Dr. Fausto Reyes Delgado, Director Médico del Hospital
Veterinario UNAM-Banfield, es de vital importancia que los propietarios lleven
a sus mascotas a visitas regulares al veterinario, pues el desconocimiento de
que sus perros o gatos presenten pulgas, garrapatas, ácaros y protozoarios (que
son parásitos microscópicos) puede propiciar una enfermedad en ellos mismos.
Por ejemplo: existe el llamado “gusano del corazón”, cuyos síntomas son de tipo
cardiaco y respiratorio; intolerancia al ejercicio, tos y molestia al
respirar. Y esto que es un factor negativo para la calidad de vida de la
mascota, si no se atiende a tiempo, puede ir más allá afectando la salud del
propio dueño.
Ante esto, la prevención con visitas periódicas y de control al veterinario
se vuelven simplemente, indispensables.