Por Gerardo de la Garza Ortega
Quizá uno de estos consejos, te puede cambiar la vida…
¡Hola! ¿Cómo te va, mi distinguido y amigo
lector? Espero que el día de hoy sea excelente y maravilloso.
Los matrimonios más felices se basan en tres principios
importantes: la humildad, el arrepentimiento y el perdón. En esta ocasión
te vamos a dar algunos consejos para incorporar estos principios en tu
matrimonio. Esperemos que el espacio nos rinda, si no, terminamos la
siguiente semana.
Hay un dicho en el matrimonio que reza así: “los
primeros 50 años son los más duros”. Todas las parejas tienen desacuerdos
y desafíos. Cada cónyuge comete errores. Sin embargo, hay
principios que, cuando se ponen en práctica, pueden ayudar a construir y
fortalecer cualquier matrimonio.
Lo primero es reconocer que la única persona a la que puedes
cambiar, es a ti mismo. Con fe, esfuerzo y la ayuda de Dios, cualquier
persona puede experimentar un cambio en su corazón, actitud e incluso
hábitos. He aquí en seguida algunos consejos:
Mantén a Dios como el número uno. En la medida en que
ambos cónyuges se esfuercen en seguir los mandamientos de Dios, se mantendrán
unidos. Mantenerlo a Él a la cabeza del matrimonio ayudará a conservar
las prioridades correctas en la vida.
De hecho, estoy convencido, en lo personal, que el problema
que se muestra de la gran cantidad de divorcios que hay, hoy en día, es
provocado precisamente a este primer punto, la falta de Dios en sus vidas.
Siguiente consejo. Comprométete a perdonar. Tu
cónyuge puede hacer cosas que son hirientes, pero ten en cuenta a la persona
entera, no solo la acción que hace daño.
Recuerda los rasgos de la personalidad que te gustan de él,
de ella, que admiras y aprecias. Sé sensible y ten compasión por tu
pareja. Entender la razón detrás de un acto que hace daño, es la mitad de
la batalla ganada.
Recuerda: el perdón no es justificar o decir que
una acción estuvo bien, solo significa que el dolor ya no va a tener el control
sobre ti. Con el perdón sincero tú y tu cónyuge estarán en mejores
condiciones para seguir adelante.
Este consejo es bien importante. Aférrate al
perdón. No te desanimes con residuos emocionales. Un recuerdo
doloroso no elimina todo el trabajo difícil que un cónyuge ha puesto para
recibir el perdón.
Tómate un momento para revisar el proceso de perdón de nuevo
y recordar no solo por qué tú perdonaste, sino también la paz que sentiste al
tomar la decisión.
Te voy a decir algo más. Cuando perdones, te
convertirás en el hombre más feliz de todo el universo. Prueba y me darás
la razón.
Este otro consejo se basa en desarrollar nuestra confianza
absoluta, en la confianza que Dios nos dio al permitirle el sacrificio de
Nuestro Señor Jesucristo, por nosotros que el perdón es posible.
Confía en que, como nosotros perdonamos, Dios va a hacer que
de alguna manera las cosas marchen bien. Él también te dará la fuerza
cuando parezca imposible perdonar por tu cuenta.
Aunque el tema está interesantísimo, recuerda que estoy
limitado en espacio, por lo que, quedamos pendientes para la próxima semana,
para los últimos consejos.
Ya me voy, por lo que, voy a cerrar así, como siempre:
...y a seguir pataleando, ¡porque no hay de otra!
Bibliografía consultada:
Traducido y adaptado al español por Maia
Fernández del artículo original en inglés "Gaining a happier marriage
through humility and forgiveness" de la autora Ramona Siddoway.
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a: mottivare@gmail.com