Por Bertha Sola/Asofarma
El Alzheimer, que representa el 70% de los padecimientos
geriátricos con alta prevalencia dentro de las enfermedades neurodegenerativas.
Estar alerta ante síntomas comunes como los olvidos.
De acuerdo con la OMS, más del 90% de los casos de Alzheimer se
desarrollan después de los 65 años, ante este panorama, el desarrollo y
preparación de especialistas en neurología, geriatría y/o psiquiatría
especializada en gerontología, son imprescindibles para dar un
tratamiento médico preciso y oportuno para mejorar la calidad de vida del
enfermo y su familia, informó el Jefe de la Unidad de Neuropsiquiatría del
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México, Jesús Ramírez
Bermúdez.
Por lo que el diagnóstico del Alzheimer es crucial, de esta forma el
especialista puede determinar si el paciente tiene un problema de memoria
objetivo; o se trata de un cuadro emocional como ansiedad, depresión e incluso
de otros padecimientos neurológicos como la enfermedad cerebral-vascular,
hidrocefalia, tumores o hematomas, explicó el experto.
Aunado a está inspección médica, se debe de tomar en cuenta la
genética y la edad, conforme se envejece se aumenta la probabilidad de padecer
Alzheimer. A los 60 años aproximadamente el 1% de la población va a padecer
alguna demencia -principalmente Alzheimer-, pero cada 5 años se duplica esta
frecuencia.
Además de tomar en cuenta otros factores como los traumatismos
craneoencefálicos, la depresión, algunas enfermedades endocrinas como el
hipotiroidismo o lo que se conoce como riesgo vascular, es decir, el sedentarismo
y la obesidad, agregó el doctor Ramírez Bermúdez.
Dijo, lamentablemente hasta ahora no existe forma de prevenir el Alzheimer.
Sin embargo, hay procedimientos clínicos de evaluación física, pruebas de
laboratorio y los cambios característicos en el razonamiento, el funcionamiento
diario y el comportamiento asociados con cada tipo de demencia para detectarlas
a tiempo y tratar de retardar su desarrollo.
Refirió, constituye un problema creciente y por ello se continúa
investigando el impacto de otros factores de riesgo en la salud del cerebro y
la prevención del padecimiento. Algunas de las áreas más activas de
investigación en la reducción de riesgos y la prevención incluyen antecedentes
cardiovasculares, el estado físico y la alimentación.
La transición de la senectud hace inevitable y nos advierte sobre la
presencia de una enfermedad compleja como el Alzheimer, y
sobre todo cómo debemos hacer frente a un padecimiento neurodegenerativo
que produce muerte celular en diferentes regiones de la corteza cerebral y
otras estructuras del sistema nervioso y que desafortunadamente siempre conduce
a la muerte en un periodo variable de aproximadamente 9 años.
Además, destacó el doctor Ramírez Bermúdez, de estar alerta ante síntomas
comunes como los olvidos y conforme la enfermedad evoluciona, se llega a un
estado que se llama afasia, apraxia y agnosia que acompañan a la amnesia.
Afasia: trastorno del lenguaje, a los pacientes les cuesta trabajo encontrar
palabras, dicen una palabra por otra, a veces les cuesta trabajo comprender el
lenguaje de los demás.
Agnosia: significa trastorno de la percepción, algunos pacientes tienen
dificultades en estas etapas intermedias para reconocer objetos comunes,
objetos cotidianos que pueden ser las llaves de un auto, puede ser un libro,
etc., es decir, lo ven pero no saben lo que ven.
Apraxia: el paciente va perdiendo habilidades aprendidas previamente como
andar en bicicleta, tocar un instrumento musical, la escritura, dibujar, los
pacientes van perdiendo paulatinamente estas habilidades.
Amnesia: deterioro de la memoria.
Por ello destacó, es importante priorizar en el abordaje farmacológico y
hoy existen excelentes opciones como la memantina, de acuerdo
a los consensos de especialistas en neurología, geriatría y psiquiatría, tiene
puntos de utilidad importantes; también hay estudios que demuestran que
puede retrasar la progresión de la enfermedad y que puede tener una mejoría
sintomática, es decir, que algunos pacientes tienen una mejora en funciones
cognitivas, como la memoria y otras funciones.
Además, la memantina también puede ser muy útil para
mejorar las alteraciones neuroconductuales, ayuda a disminuir problemas como la
agresividad, depresión, alucinaciones o ideas delirantes, que se presentan en
algunos pacientes, finalizó doctor Jesús Ramírez Bermúdez, Jefe de la Unidad de
Neuropsiquiatría del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de
México.