EFE en París
Los que se consideraban los últimos caballos salvajes del
mundo descienden en
realidad de una especie adiestrada hace más de 5,000 años
en Kazajistán, lo que supone un descubrimiento “chocante e inesperado”
publicado ayer por investigadores franceses.
“Ya no hay caballos salvajes en la Tierra”, explicó el director del equipo y
miembro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), Ludovic
Orlando, quien aseguró que su hallazgo altera por completo lo que se sabía
sobre el origen de los caballos.
Hasta hoy se consideraba que los sementales de Przewalski, propios de Mongolia,
eran la última subespecie de caballo completamente salvaje, como recoge un
artículo publicado ayer por este equipo en la revista Science.
El descubrimiento fue hecho por sorpresa mientras el equipo analizaba con otros
propósitos el genoma de 20 caballos Botai, la primera raza domesticada hace
5,500 años en las estepas kazajas.
“Es la primera vez en mi vida que me ocurre algo así”, relató entusiasmado
Orlando, que aseguró que se trata de un acontecimiento importante: “Es como si
de pronto descubriésemos que el ser humano no proviene de donde creemos. Sería
chocante”.