La iniciativa está basada en un orden internacional
sostenible, que busca financiar y construir infraestructura en Asia, África,
Europa y más allá de esas fronteras.
El espíritu de la BRI refuerza el valor de construir un
futuro compartido para las comunidades globales. Ismael Angeles.
POR GU BIN@ElFinanciero_Mx
Estamos viviendo en un mundo que está más dividido que en cualquier
otro momento desde la caída de la Unión Soviética. Algunas personas advierten
que se vislumbra el comienzo de una nueva guerra fría. EU ha mostrado un
ferviente deseo de retirarse del multilateralismo, abandonando -o amenazando
con abandonar- los tratados y las organizaciones internacionales, mientras que
unilateralmente comienza una guerra comercial global. Al hacerlo, EU está
renunciando a su liderazgo dentro de la gobernanza global.
Mientras tanto, China ha aprendido, a raíz de la crisis
financiera mundial, que la excesiva dependencia del Occidente en materia
de comercio y de economía es peligrosa; necesita mejorar la cooperación con
las naciones no occidentales. Como resultado, China se ha vuelto cada vez más
activa a nivel internacional, promoviendo algunas agendas influyentes, entre
las cuales la Iniciativa Un Cinturón, Una Ruta (BRI, por sus
siglas en inglés) — la cual se anunció en 2013 — es la más significativa.
La BRI es un gran programa para financiar y construir
infraestructura en Asia, África, Europa y más allá de esas fronteras. Hay
más de 65 economías a lo largo de su ruta, en su mayoría de países
en desarrollo. Algunas personas han comparado la BRI con el Plan Marshall, un
emblemático programa de ayuda estadounidense que contribuyó a reconstruir
Europa occidental desde 1948 hasta 1952. Esas personas temen que la BRI es un
instrumento geopolítico para que China forme una alianza de países
beneficiarios para enfrentarse al Occidente.
El Plan Marshall ha sido bautizado como el ‘inicio de la Guerra Fría’. Pero
yo estoy en desacuerdo con la idea de que la BRI pudiera presagiar el comienzo
de una nueva era de hostilidades. La diferencia radica en las
ambiciones de China para la Iniciativa.
En primer lugar, los valores compartidos son un requisito previo para
un orden internacional sostenible. El espíritu de la BRI refuerza
el valor de construir un futuro compartido para las comunidades
globales. Este objetivo se basa en los vínculos históricos y
culturales de China con el mundo, y es compatible con las aspiraciones de la
comunidad internacional por la consecución de paz y desarrollo. La
implementación de la BRI sigue el principio de lograr el crecimiento
compartido a través de la discusión y de la colaboración.
El Plan Marshall evolucionó como un medio para contener la expansión del
comunismo y de la Unión Soviética (URSS) en Europa al unir a 16 países de
Europa occidental como beneficiarios y al mantener a los comunistas fuera de
sus gobiernos. En este sentido, la BRI es más inclusiva que el Plan Marshall;
se extiende a través de civilizaciones.
En segundo lugar, la BRI no conlleva implicaciones militares y de seguridad. Sus objetivos
esenciales se basan en cinco prioridades oficiales de cooperación, en cuyo
corazón se encuentra la conectividad de la infraestructura. Las
Cinco Interconexiones, como se les denomina, forman un complicado marco que
involucra a individuos, a compañías, a sociedades y a sus gobiernos, sin
implicaciones militares. En contraste, algo más surgió del Plan Marshall: la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Las dos iniciativas
trabajaron en conjunto para contener a la URSS.
Hace más de 70 años, la Unión Soviética decidió enfrentar lo que consideró
como una acción hostil por parte de EU para contener su influencia, y le dio la
espalda al Occidente. Hoy en día, China no tiene ni la voluntad ni la capacidad
para iniciar una nueva guerra fría. Existe el simple hecho de que China carece
del poder económico y militar que EU tenía al final de la Segunda Guerra
Mundial.
China ha estado ganando terreno al enérgicamente promover la
interconectividad a través de la BRI. Por lo tanto, estamos presenciando el
comienzo de un nuevo tipo de orden mundial.
*El escritor es un profesor adjunto de la Universidad de Estudios sobre el
Extranjero de Beijing.