EFE en Madrid
El cerebro humano está diseñado para fijar las buenas
impresiones que
provocan otras personas y, en cambio, actualiza y olvida con
facilidad las malas, lo que sugiere una predisposición natural al perdón y a
otorgar a desconocidos el beneficio de la duda, según un estudio difundido
ayer.
La investigación, publicada en la revista Nature Human
Behavior, fue realizada por psicólogos de las universidades de Yale (EU) y
Oxford (Reino Unido), entre otros.
Los hallazgos, que obtuvieron mediante una serie de
experimentos con más de mil 500 individuos, pueden ayudar a entender mejor cómo
funciona el perdón y por qué a veces los humanos se aferran y permanecen en
relaciones nocivas.
“El cerebro forma impresiones sociales de una manera en la
que puede permitir el perdón”, explicó Molly Crockett, psicóloga de Yale y
autora principal del estudio.
“Debido a que las personas a veces se comportan mal de forma
accidental, tenemos que ser capaces de actualizar las malas impresiones que
resultan ser erróneas. De lo contrario, podríamos terminar relaciones
prematuramente y perdernos los muchos beneficios de la conexión social”,
agregó.
Los participantes del estudio observaron a dos desconocidos
ante un dilema moral, el de aceptar o no infligir descargas eléctricas a otra
persona a cambio de dinero.
Las impresiones positivas sobre el desconocido que rechazó
infligir las descargas fueron estables y los participantes afirmaron estar muy
seguros de ellas.
Por el contrario, se mostraron mucho menos seguros sobre sus
impresiones negativas del desconocido que aceptó infligir las descargas y, de
hecho, estas mejoraron inmediatamente cuando el mismo desconocido se decantó
por un buen comportamiento.
“Creemos que nuestros hallazgos revelan una predisposición
básica para dar a los demás, incluso a los desconocidos, el beneficio de la
duda”, según Crockett, quien considera que la mente del ser humano, por su
condición de animal social, está diseñada para mantener las relaciones sociales.
Además de para arrojar luz sobre por qué algunas personas no
son capaces de terminar con relaciones dañinas, los autores del estudio creen
que también puede ser útil para la comprensión de trastornos psiquiátricos que
involucran dificultades de tipo social.