El panista
Ernesto Ruffo, aspirante a la dirigencia nacional. Foto: J. Raúl Pérez.
Por Álvaro
Delgado
CIUDAD DE
MÉXICO (Proceso).- Ernesto Ruffo suelta la carcajada. Lo pone de buenas que
Gustavo Madero niegue que, bajo su presidencia en el PAN, numerosos diputados
federales y dirigentes de su partido se corrompieron con los “moches”.
“¡Cuáles
moches! ¡Dime dónde están! ¡Dime cuándo! ¡Dime uno!”, se ofuscó el senador
Madero, en entrevista con Proceso, pero Ruffo reacciona con humor.
–¡Ja ja ja!
Perdón por la risa –dice y, ya serio, desmiente a Madero, presidente del PAN
entre 2010 y 2015, sobre este esquema de corrupción–. Él dejó que los operaran
diputados que estaban en su grupo parlamentario y se hizo el occiso.
–¿Solapó los
moches?
–Sí, aquí
peca tanto el que mata la vaca como quien le agarra la pata.
Ruffo,
aspirante a la presidencia del PAN, investigó como miembro de la Comisión
Anticorrupción de su partido las quejas que presentaron presidentes municipales
por tener que pagar comisiones a los diputados federales que les asignaron
recursos para obra pública.
A él le
correspondió el caso de Yucatán, cuyo presidente estatal, Raúl Paz, fue
identificado como uno de los operadores de los moches, pero aunque presentó el
resultado de su investigación a la comisión presidida por Luis Felipe Bravo
Mena y a la Comisión Permanente, ese personaje fue postulado como candidato a
senador y ya está en funciones.
“Le entregué
un documento a la Comisión Anticorrupción y las conclusiones de esa
investigación las comenté en la Comisión Permanente, precisamente cuando se
estaba integrando la lista de los candidatos plurinominales”, revela Ruffo.
–¿Y no pasó
nada?
–No, yo se
lo narré: el señor Raúl Paz aparecía en todas las líneas de investigación como
la parte central de todas las conexiones en Yucatán. Se lo dije porque estaban
haciendo consideraciones para integrar a esa persona a la lista de
candidatos.
De hecho,
recuerda el actual diputado federal, en esa sesión de la Comisión Permanente,
presidida por Damián Zepeda, estuvo presente Paz, pero nada dijo.
–¿Entonces
la Comisión Anticorrupción y la Comisión Permanente supieron que este personaje
estaba implicado en los moches y no pasó nada?
–Exactamente,
no pasó nada. Estaba implicado desde el punto de vista de que el fenómeno de
los moches, en el rastreo de toda la operación que se realizó, indicaba a todos
los integrantes de la red. Inclusive algunos de ellos exalcaldes que eran
integrantes del comité directivo estatal del PAN de Yucatán, que presidía Raúl
Paz.
El escándalo
estalló en la legislatura 2012-2015, cuando el coordinador de los diputados
federales panistas era Luis Alberto Villarreal y Jorge Villalobos
vicecoordinador, con Madero como presidente y Ricardo Anaya miembro de la
bancada, pero continuaron en la siguiente legislatura, cuyo coordinador fue
Marko Cortés, actual candidato a presidir el PAN.
“Por eso
involucro yo a Marko Cortés, porque él supo, igual que la Mesa Directiva del
grupo parlamentario del PAN y de todos los demás grupos”, subraya Ruffo, quien
recuerda el esquema perverso:
Nace de un
acuerdo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Junta de
Coordinación Política de la Cámara de Diputados para transferir recursos del
Ramo 23 para cultura, deporte y pavimentación de los municipios del país.
A cada uno
de esos renglones se le asignó 5 mil millones de pesos para un total de 15 mil
millones, por lo que a cada uno de los 500 diputados le correspondieron 30
millones de pesos para que decidiera a qué municipio darle apoyo.
Hubo
diputados que dispusieron transferir los 30 millones a un municipio, a través
de los gobiernos estatales, pero otros prefirieron incurrir en corrupción,
condicionando la entrega de esos recursos a cambio de una comisión o moche.
“Y entonces
es cuando le dan el 10% en efectivo de los 30 millones, 3 millones por año.
Pero para que esto suceda quiere decir que la Junta de Coordinación Política,
donde están todos los coordinadores de los grupos parlamentarios, están de
acuerdo”, subraya.
“A los que
yo exonero son a esos diputados que sabían que tenían esa capacidad de
asignación y tal cual se lo dieron a su presidente municipal y no se metieron
en mayor bronca: ni se pelearon con su coordinador, porque había una mayoría de
diputados que apoyaban a ese coordinador, y a los diputados limpios no les
quedaba más que hacer eso y se acabó.”
Subraya: “La
operación del grupo parlamentario estaba manchada con los moches y sus
autoridades, los coordinadores, por igual. Entonces, que Madero diga que
‘cuáles moches’… que no se haga el occiso”.
Este esquema
no existiría sin el aval de la SHCP, cuyo titular con Enrique Peña Nieto fue
José Antonio Meade, candidato presidencial del PRI – “que se ufanaba de ser una
blanca paloma”– “y Madero simplemente dejó que siguiera pasando”.
–¿Así se
compensó a los que votaron en el Pacto por México?
–Sí, por eso
digo yo que Madero se hizo el occiso, el muertito. Pero tanto peca el que mata
la vaca como el que le agarra la pata.