Desde hace más de 10 AÑOS, Francia, Inglaterra y EU
colocaron trazadores a sus combustibles para acabar con el delito; Colombia lo
abatió en 90 por ciento.
600 mil barriles diarios de gasolinas se importa diario.
POR ADRIÁN ARIAS
Heraldo de México
La tecnología para marcar gasolinas y
evitar su robo ha dado un salto importante en su desarrollo en las
últimas dos décadas, ya que se han creado soluciones que van desde los rayos X,
hasta colorantes y técnicas de detección invisible mediante gases, que las
colocan como uno de los mecanismos más exactos contra el robo de combustibles,
según expertos del sector energético y Repsol.
Estas tecnologías han sido aplicadas en diversos países del
mundo con resultados cuantificables, por ejemplo, Ghana aplica
trazadores a más de tres mil millones de litros de combustible cada año, lo que
le permitió reducir en 78 por ciento el contrabando de gasolinas,
revirtiendo pérdidas por 10 millones de dólares anuales a partir de 2013;
Serbia redujo en 75 por ciento la venta de combustible de dudosa
procedencia a partir de 2014, mientras que Colombia redujo de 7 mil
270 barriles robados por día en 2002 a 41 barriles diarios en la actualidad,
según datos de la industria y de los gobierno de dichas naciones.
Una tecnología que se ha aplicado en la marcación
de combustible para prevenir el contrabando es la fluorescencia de rayos X (XRF).
Esta solución provoca una reacción en ciertas moléculas de combustible al pasar
por un detector, generando ciertos pigmentos en el detector que indican el
origen y procedencia del combustible.
Los detectores de rayos X son tan específicos que
también permiten conocer los niveles de azufreen los combustibles, además
de supervisar la presencia de metales de desgaste en los lubricantes, una
solución que puede evitar el daño o deterioro de los motores.
Otra técnica es la llamada “cromatografía de gases”,
que consiste en analizar los gases que despiden los combustibles al
incrementar su temperatura, así es posible detectar la cantidad de marcadores
como bromo, cloro o flúor que se introducen en las gasolinas y que no tienen
presencia en el compuesto original de los combustibles, se trata de una de las
técnicas más específicas.
Esta tecnología se ha combinado con el espectrómetro de
masas que realizan una medición más específica a nivel molecular de los
químicos que integran la gasolina. La combinación de ambas tecnologías separa
los compuestos en función de sus propiedades, además de medir la huella
específica del marcador.
Este mecanismo se ha utilizado para análisis de marcadores
de combustibles por más de 20 años, principalmente como un proceso de
laboratorio que brinda apoyo para diseñar programas de integridad de combustibles.
Otros marcadores comunes son los colorantes que son moléculas
que se inyectan a la gasolina y que al diluirse con ácido clorhídrico y
otros elementos, hacen una reacción química que separan al trazador de la
gasolina y aportan una coloración que puede ser verde, azul o roja, lo que
permite conocer la cantidad de marcador presente en la gasolina y así saber si
ésta ha sido diluida con otro combustible de dudosa procedencia.
La marcación a través de rayos UV consiste en
mezclar la gasolina con ciertos químicos que al ser iluminados por las
luces UV emiten una coloración entre blanca y amarilla.
Para Ramsés Pech, analista de Caraiva y Asociados,
la tecnología de marcadores es una de las más exactas del mundo, ya que
funciona como una marca de ADN que permite saber la procedencia y
origen del combustible. Así, es posible detectar si una gasolinera vende
producto robado o si este ha sido comprado a Pemex en su totalidad.
Cabe destacar, que en 2016 Pemex inició un
programa para combatir el robo on estos trazadores; probó esta
tecnología en una muestra de 360 estaciones de gasolina y los
resultados arrojaron que148 estaciones reprobaron el análisis y resultaron
sospechosas de recibir gasolina de dudosa procedencia.
Es un tema que a Pemex le ha interesado desde hace
más de una década, en 2004 mostró interés para garantizar que sus gasolinas no
fueran adulteradas, sobre todo las que salían de sus refinerías, pero el
proyecto se detuvo a falta de licitaciones para que empresas operaran.