Por
estas fechas, en el año 2012, siendo gobernador del Estado, Marcos Covarrubias
Villaseñor, los comentarios de sus hijas, en las redes sociales, lo metían en
cada brete.
En
la andanada de comentarios que surgieron, rescatamos uno firmado como “el
norteño del sur”, aparecido en las opiniones que vierten los lectores del
portal Peninsular Digital.
El norteño del sur29/09/2012 en 8:58 AM
La verdad es que los cibernautas se
están pasando con la infanta Sofí Covarrubias, hija de nuestro iluminante
mandatario; no entiendo cómo es posible se permita que la indiada use redes
sociales, las cosas deberían de volver a la normalidad, gratificados deberían
de estar con Sofía ya que cuando visita Fashion Valley lo ha hecho llevando la
representación de la Cultura de nuestro Estado, es de un gran valor y todos lo
deberíamos de agradecer y ver en su justa dimensión como bien lo hacen casi
todos nuestros ilustres periodistas.
Sobre el más reciente viaje que la familia Covarrubias realizo al Condado de
San Diego, lo encabezó doctamente Don Cuco Covarrubias, quien haciendo gala de
su sabiduría y conocimientos culturales, enseñó cómo un gran maestro que es- a
quienes los acompañamos-, que San Diego se había fundado por misioneros que
partieron de Loreto y que la colonización de estas tierras se hizo a través de
la fé o de la cruz, partiendo desde la verdadera California que hoy es
Sudcalifornia. También, eruditamente señaló que San Diego perteneció a nuestra
patria hasta 1848, pero que por el tratado injusto de Guadalupe- Hidalgo, derivado
de la guerra de despojo con USA, perdimos este territorio.
Tan eruditas palabras nos dejaba
boquiabierto a los presentes y a mí me embargó un sentimiento de satisfacción
por ser amigo de este magnánimo hombre: ¡Don Cuco Covarrubias, hombre de letras
y tío de la Infanta Sofía!
En el devenir de esta experiencia le
mostró a su sobrina y a todos el famoso barrio de Lampar, del centro histórico
de San Diego y nos ilustró relatando que se llamaba así por las lámparas que
son parte del paisaje arquitectónico de la ciudad y que desde siempre la habían
iluminado; amplió la información diciendo que este puerto es uno de los más
importante de los USA, ya que alberga la flota más poderosa del Pacifico y
quizá de todo el mundo.
Ante palabras tan cultas de don Cuco,
quedábamos embelesados y pensé para mí, “debieron de haberlo nombrado Director
de Cultura del Estado” no como al acomoda sillas del Fabián; además que todos
los cultureros son bohemios a excepción del tal ese José Guadalupe del centro
de artes que se cree mucho porque es abstemio.
Para beneficio de su formación
distinguida de la infanta Covarrubias, ella no perdía el tiempo y no dejaba de hacer
pregunta tras pregunta del maravillosos lugar que disfrutábamos, aprovechando
la gran ilustración de su tío Don Cuco Covarrubias: como: ¿cuál es el idioma
más hablado en el sur de California?, ¿porque se llama San Diego la ciudad? Y
para regocijo nuestro, todas las preguntas tuvieron una educada e inteligente
respuesta de mi gran amigo y amigo de todos los Sudcalifornianos- Don Cuco
Covarrubias-.
En fin, que el viaje-a lo que la indiada
llama el otro lado-se tornó muy interesante, ya que gracias al Hermano de
nuestro- como diría Alejandra Estrada – talentoso gobernador, aprendimos
lecciones de historia, pero todo tiene un fin y el viaje terminó; tendremos que
regresar a nuestra tierra bonita, pero llena de nacos mal agradecidos que no
entienden que la cultura cuesta y espero que en la próxima ocasión que
viajemos, si nos den más viáticos no como cuando fuimos a Londres que por ser
carísimo allá, anduvimos privándonos de conocer maravillas del viejo mundo.
Ya de regreso en el avión, mirando a
esta distinguida familia que apaciblemente dormitaba dije para mí, que
afortunado somos los Sudcalifornianos de que nos gobiernen gente de enorme
cultura, sapiencia y de tan alto linaje; quise dormir, pero un ronquido de Don
Cuco me despertó y más cuando dijo en voz alta y aguda de acento choyero:
“pásenme una pinchi cerveza, que ando crudo”….Por la ventanilla del avión, allá
abajo, se veía el Valle de Santo Domingo tierra de ilustres Sudcalifornianos.