Por Reyna Paz Avendaño
La lírica no es para quedar bien, sino que te hace vivir y
reflexionar tu entorno, señala Eugenio Sánchez. Presenta su libro La felicidad
es una pistola caliente.
La poesía es historia. Algo importante de este género
literario es que no se deja vincular con los intereses comerciales de cualquier
historiador o político, los héroes de la poesía son las cosas íntimas, la
guerra, el sexo o la desvinculación y éstos siempre son puntos de vista
personales, señaló el escritor José Eugenio Sánchez (Jalisco, 1965), a
propósito de la publicación de su libro La felicidad es una pistola
caliente.
El poemario editado por Almadía, se publicó en 2004 en
España con la editorial Vizor, y es la primera vez que llega a las librerías
mexicanas junto con dos nuevos poemas.
“En esta reedición hay cosas interesantes, hay un homenaje a
Alfonso Reyes, quien escribió el poema ‘Sol de Monterrey’, entonces me di
cuenta que ese Monterrey ya no existe y escribí una nueva versión, pero ahora
que lo leo, pienso que requiere otra actualización. Hoy Monterrey es una ciudad
oprimida por la violencia, devastada por la indiferencia de la sangre, cooptada
por la mafia”, comentó.
Su libro se divide en tres partes, la primera titulada Cool.
“Son poemas demasiado irreverentes y traté de hacerlos cool, con eso me refiero
a que fueran transparentes, ligeros e incluso hasta un poco frívolos, pero
siempre con referencias de música y de la cultura popular, es decir, con cosas
con las que la gente tiene alguna referencia inmediata. Aunque eso no significa
que los poemas no tengan reflexiones profundas y temas serios”.
La segunda parte, Earthen, es un poema sobre el yo. “Hay una
teoría de 1800, donde Arthur Rimbaud dice que el yo es otro, hablando del tema
de la poesía, el yo lírico es otro, no es el autor. Quise ahondar más en eso,
en el hecho de que uno cambia conforme las circunstancias exteriores”, precisó
José Eugenio Sánchez.
Hoy estamos aquí, añadió, pero a lo mejor mañana somos el
presidente y la gente a nuestra alrededor piensa distinto a nosotros, o si uno
tiene una pareja significamos otra cosa para el exterior, si caemos en
desgracia somos otros para los demás, es decir, la gente nos quiere comprometer
con su realidad sin importar quién es la persona.
La última parte es un solo poema, Bungalow, “ahí quise hacer
la historia del México de la post Revolución al México progresista de los años
70, que coincide con la historia de mi abuelo, entonces hablo de una relación
amorosa entre mi abuela y abuelo, trato de hablar de cómo salimos de esa
Revolución y no nos percatamos de cuando alguien nos dice que ya salimos de la
crisis y con ese argumento nos liberamos, aunque sabemos que no es así”,
precisó el autor.
Sobre por qué plasmar el sentido del humor en sus poemas, el
autor comentó: “el sentido del humor es un rasgo de inteligencia, el lector
inteligente no se deja engañar por la poesía que se plagia a otros poetas o por
la que quiere agradar a la academia. El lector inteligente reacciona cuando ve
que hay comunicación, por eso el sentido del humor es importante, porque
burlarnos de nosotros mismos nos da la capacidad de burlarnos de lo que sea y
nos da el valor de no respetar las cosas que convertimos en monumentos”.
Hay un poema en el que menciona que muchos inventos nos
llevan a la conclusión de que la vida es un invento del dinero, ¿por qué esa
reflexión?, se le preguntó. “Me gusta involucrar la cultura porque tiene
elementos que ayudan al ser humano a ser libre. La poesía no debe estar ligada
a la institucionalidad, si la poesía debiera ser correcta, no sería poesía; la
poesía no es para quedar bien, es un estallido de sensaciones que te hacen
vivir y reflexionar en tu entorno”.
Por último, José Eugenio Sánchez comentó que está preocupado
por escribir un libro sobre la violencia en México, pero con el enfoque de cómo
se siente una persona afectada por la violencia, qué siente un familiar que ha
perdido su hijo en la guardería.