Por Víctor Octavio García
La tersa elección de la
dirigencia municipal del PRI en La
Paz celebrada la noche
de este miércoles --que echó por
tierra negros augurios de desbandadas y rupturas--, vino a fijar una nueva
alineación al interior del partido en BCS con un robustecido liderazgo encabezado
por Ricardo Barroso y Juan Alberto Valdivia, hoy por hoy, principales
interlocutores ante el priísmo sudcalifornianio y el CEN del PRI; no importa
quien llegué a la dirigencia estatal del partido, los “fieles de la balanza” ya
están; la franquicia priísta ya tienen quien le escriba.
La sorpresiva alianza
Barroso-Valdivia abre un nuevo capítulo en el trajinar del PRI en tiempos de
alternancia, concretándose éste último como el “cuarto grupo”; definición un tanto
desconcertante pera válida para efectos prácticos. (El próximo lunes me
referiré a este “cuarto grupo” que surge del proceso interno celebrado la noche
de este miércoles en esta ciudad).
La nueva alineación que se
produce al interior del partido --como dicen los clásicos-- cambia
drásticamente los perfiles de quienes ya se sentían presidentes del PRI y abre
fuertes expectativas para quienes solo se atrevieron en apuntarse; crece un
Oscar Francisco Martínez Mora y un Joel Vargas Aguiar, como figuras intermedias
ante la súbita “caída” de dos de los más fuertes aspirantes al liderazgo
partidista; Jesús Flores Romero y Axxel Sotelo de los Monteros.
Igual, la resonancia tendrá
los mismos efectos para las candidaturas que se decidirán el próximo año, sean
federales, estatales y municipales, que pasaran por la nueva “aduana”
conformada por Barroso y Valdivia, hoy por hoy, las voces cantantes del PRI en
BCS; nada de grupos dispersos y atomizados; de autoritarios repartos de cuotas
y espacios de partido entre amigos y compinches ni asumir actitudes calladas y testimonialistas
ante la nueva realidad política que se vive en el estado.
Esto explica el porqué estaba
entrapada la renovación de la dirigencia municipal del PRI en La Paz , donde se concentran todos
los intereses en juego al interior del partido; en apariencia, Rosalva Tamayo,
eterna dirigente del PRI en La Paz ,
sin mayor esfuerzo navegó en aguas procelosas a lo largo de casi cuatro años;
hizo poco o nada y estorbo mucho, como estorbaron y se convirtieron en
despropósitos quienes desde posiciones de partido le jugaron las contras y
trabajaron en contra a los candidatos del PRI en la elección pasada; de esa
“horneada” de priístas es Rosalva Tamayo y muchos más que van en franca
retirada; Rosalva es regidora en el Cabildo de La Paz donde llegó sin más
esfuerzos y méritos que darle las contras a su partido y seguir al pie de la
letra un viejo consejo de Joaquín Balaguer; de que “el que cuida la mata se
come el mango”; fue así como se convirtió en regidora por “lista” en el Cabildo
de La Paz.
Hoy Abimael Ibarra, un joven
arquitecto está por asumir su honrosa responsabilidad de dirigir el PRI en La Paz , al igual que Marisela
Ayala, su compañera de fórmula; dos probados cuadros partidistas; sus contendientes,
Thalia Agúndez, una joven talentosa que tuvo un excelente desempeño en la
jornada interna al igual que su compañero de fórmula Carlos Rodríguez Matillas,
que se suman gustosos al quehacer del partido.
Con la elección interna del
PRI municipal en La Paz
se cierra un capítulo y se inicia uno nuevo con la elección de la dirigencia
estatal que reforzará los nuevos liderazgos del PRI en el estado con una camada
de militantes y cuadros partidistas con una visión distinta del quehacer partidista
y sobre todo, con otra “hoja de ruta” para el proceso electoral que viene. ¡Qué
tal!.
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