EFE en Washintong
Los árboles más antiguos del planeta tenían una morfología
más compleja que
los existentes en la actualidad, según revela un estudio
elaborado por investigadores de la Universidad de Cardiff, que fue divulgado
ayer por la revista científica Proceedings of the National Academy of
Sciences (PNAS).
La investigación se basa en los descubrimientos llevados a
cabo en restos fosilizados de árboles de la familia Cladoxylopsida, de 374
millones de años de antigüedad, en los que se puede apreciar un intrincado
sistema de filamentos leñosos.
Los científicos observaron en un grupo de troncos
petrificados que estos filamentos, que reciben el nombre de xilema y cuya
función es la conducción de líquidos en las plantas vasculares, conformaban
toda una red interconectada que se propagaba por la parte exterior de la
planta.
En las familias arbóreas existentes en la actualidad, el
xilema forma un único cilindro cuyo crecimiento, año a año, se produce en forma
de anillo justo bajo la corteza.
En el caso de los fósiles, sin embargo, este desarrollo era
muy diferente, puesto que cada planta tenía diferentes filamentos que, a su
vez, desarrollaron sus propios anillos.
De esta forma, al crecer los distintos filamentos se
desarrollaba también la planta, expandiendo así el volumen de su tronco.
Además, según concluye el estudio, las distintas
interconexiones entre los xilemas tenían la capacidad de reubicarse con el fin
de adaptarse al crecimiento del árbol.