viernes, 3 de noviembre de 2017

El Altar Zoque Tuxtleco


Karla Gómez

Diario de Chiapas
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- “Es importante mencionar que el ‘Altar Zoque’ se realizaba en el altar doméstico cotidiano, con todas sus imágenes y que en este día se completa con una mesa baja o banca de madera al frente, misma que se cubre con manteles blancos y sobre el piso se coloca un petate. Con esto, tal vez, se esté representando los tres niveles de la cosmovisión indígena, es decir: el plano superior, el plano terrestre y el inframundo”, informa el maestro joyonaquero Sergio de La Cruz.
Aunado a ello menciona que en el primer nivel (mesa principal) se encuentran las imágenes religiosas y fotos de los difuntos a los que se dedica el altar, y era adornado con coronas y cruces de punupunú, que era cortada en los cerros cercanos de Tuxtla.
“Mientras que en el segundo plano, se colocan los alimentos y bebidas (tal vez la parte mas original sea esta gastronomía tradicional), que en vida más gustaron a nuestros ‘fieles difuntos’.

Aquí podemos encontrar una amplia diversidad de comidas: niwijuti, sispolá, putzatzé, pollo o jolote en mole, chipilín con bolita, cocido, cochito horneado, sopa de fiesta, o una rica variedad de tamales que incluye, principalmente al tamal de hoja, además los de bola, cambray, hoja de milpa, chipilín, toropinto, nacapitú, jacuané o pictes. Y también algunos productos para los niños que pasarán ‘pidiendo calabacita’ por la noche”.
No obstante, los dulces son otros de los alimentos que se ofrecen; por ello, Sergio de la Cruz también enlista algunos preparados típicos, como la calabaza, el puxinú, manzanilla, chimbos, garbanzo, nuégados, coyol, higos, chilacayote, gaznate, yuca, melcocha y garapiñado, entre otros; así como  el pan de muerto, adornado de diversos colores y otros más como caballito, turulete y ahora ponzoquí en miniatura, “pero no se colocan calaveras, cajoncitos u otros similares”.
Asimismo, añade que para el tercer nivel, -sobre el petate cubierto con olorosa juncia fresca-, se colocan las frutas, alimentos o dulces que se repartirán a los “angelitos” durante la pedida de calabacita, como naranjas, mandarinas, manzanas, peras, caña, tamales y dulces regionales:“En este nivel también se colocan las velas en candeleros de barro, troncos de plátano o de metal que ‘se deben de colocar en pares’, señalan los ancianos zoques, así como las veladoras. Pero cada nivel deberá estar adornado con gran cantidad de flores de la región u otras, según su gusto y bolsillo”.
Por último, se encuentra el “someíto de musá”, son uno o dos pares de cañas de azúcar con hojas y también un par de plantas de guineo, cuyas hojas enmarcarán todo el  altar y sus tres niveles; pero el elemento imprescindible que creará  la atmósfera ritual es, sin duda, la quema de incienso o copal con sus antiguos y exquisitos aromas.
“Estos serían los elementos que pueden adornar un altar de muertos, a la manera zoque de Tuxtla, sin que esto implique que se tenga que utilizar todo lo mencionado o que no se puedan sustituir por algunos similares, aunque con esto podría perder su esencia zoque”, destaca.
El también cronista puntualiza que “el arreglo del altar y la ubicación de cada uno de ellos se hace de acuerdo al gusto personal de quien lo elabora y sabiendo que en esto no hay reglas escritas, quedará a su criterio estético la imagen final de su Altar Zoque para que sea del agrado del festejado, pues recuerde que la muerte también es una fiesta, y que seguramente lo hará sentirse orgulloso de continuar con esta bella tradición”.