Por Tío Gutenberg
Sigue
la ley del desapego
La misma lección del amor se
aplica a todos los aspectos de la vida: Lo que te hace feliz no está en
realidad en las cosas a las que te apegas y sin las que crees que no puedes
sentirte pleno, sino en los pensamientos y la paz que hay en tu interior.
Apasiónate
por lo que haces
Busca incesantemente hacer
todos los días aquello que disfrutas, lo que te apasiona, que te motiva y
empuja a querer saber más, ser mejor o desarrollar tus capacidades hasta el
límite. Cada determinado tiempo pregúntate “¿en realidad hago lo que más
deseo?”, si tu respuesta es negativa, esfuérzate por cambiarla.
Cambia
tu forma de pensar y cambiará tu vida
Todo lo que eres es reflejo de
tu mente. Los deseos, las pasiones y las expectativas desbordadas son motivo de
angustia y preocupación que impactan negativamente en tu vida. Si hoy mismo te
propones cambiar tu forma de pensar, verás que los efectos positivos en tu vida
serán inmediatos.
El
primer paso a la plenitud es un cuerpo sano
Según la máxima budista, “tu
cuerpo es tu templo”. Contrario a la filosofía ascética de muchas religiones
que se centran en lo ideal, mantener la salud física es primordial pues el
cuerpo es el vehículo del alma. Hacer ejercicio, alimentarse sanamente y
mantener un equilibrio entre salud física y mental son el primer paso para
alcanzar la plenitud en todos los aspectos.
Duda
de lo establecido
No
porque algo haya sido dicho antes y aceptado por muchas personas quiere decir
que sea cierto o está bien. Poner en duda todas las creencias, tradiciones y
conocimientos es una gran manera de cambiar tu realidad y principios por otros
que te guíen a la felicidad.