Se basaría en el modelo chileno y consistiría en
interconectar los pilares contributivos y no contributivos para mejorar la
cobertura del sistema.
Elizabeth Albarrán
El Economista
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro
(Consar) propone crear una Pensión Universal Complementaria, la cual está
basada en el modelo chileno y permite mejorar el nivel y calidad de cobertura
del sistema.
En su estudio “Integración de los pilares contributivo y no
contributivo en el Sistema de Pensiones de México: una mirada al modelo
chileno”, menciona que esta pensión consistiría en interconectar el pilar
contributivo (donde los trabajadores aportan a la afore) con el pilar no
contributivo (pensiones que se dan a través de programas sociales).
Con este modelo de pensión se buscaría remplazar el programa
Pensión para Adultos Mayores por un esquema complementario al Sistema de Ahorro
para el Retiro (SAR), el cual garantice que todos los individuos tengan acceso
a una pensión, independientemente de su historia contributiva.
“Los individuos que no poseen una cuenta individual tendrían
derecho a una pensión básica. Los que hayan realizado contribuciones a su
cuenta individual, pero cuya pensión sea insuficiente (es decir, menor a la
Pensión Mínima Garantizada), recibirían un subsidio”.
Detalla que el diseño de este subsidio asegura que las
pensiones de quienes realicen mayores contribuciones a su cuenta individual
sean mayores a las de quienes realicen menores contribuciones.
Según la Consar, el subsidio disminuiría gradualmente,
conforme el ahorro individual del trabajador le permita financiar mejores
pensiones, retirándose completamente sólo cuando la cuenta individual logre
financiar un beneficio equivalente a la Pensión Mínima Garantizada o superior.
“Se garantizaría que todos los adultos mayores obtengan una
pensión, cuyo monto tendría como piso la Pensión Básica. Si el adulto mayor
logró acumular al menos 1,250 semanas de cotización, su piso sería la Pensión
Mínima Garantizada”.
Reafirma que esta propuesta supone un costo fiscal acotado
al ser gradual y aprovechar de mejor manera los subsidios entre los
trabajadores de menores ingresos.
Registro nacional de pensionados
La Consar advierte que aún en el esquema universal los retos
no son menores, pues se requiere identificar con certeza a todos los
beneficiarios para evitar pagos duplicados y operar una infraestructura
eficiente de dispersión de pagos.
“Será necesario contar con un registro nacional de
pensionados, en el cual se concentre la información de todos los adultos
mayores que cuentan con una pensión contributiva, como son el Instituto
Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado, el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas
Armadas Mexicanas, Petróleos Mexicanos, banca de desarrollo, Banco de México y
fideicomisos administrados por el SAE”.
Refiere que, de acuerdo con información del Consejo Nacional
de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el programa
Pensión para Adultos Mayores beneficia a 5.5 millones de personas de la tercera
edad, este total representa 83% de la población total que tiene 65 años o más.
En el 2017, este programa representó un costo al erario por
39,500 millones de pesos. La Consar calcula que si se cubriera a la población
de la tercera edad con este programa, significaría un costo de 67,300 millones
de pesos, un valor que seguirá creciendo ante el mayor número de personas que
tengan la edad de retiro.
Modelo chileno
En su reporte, la Consar detalla que, cuando Chile hizo su
reforma en el 2008, se remplazó el Programa Pensión Mínima Garantizada y el
Programa de Pensiones Asistenciales por un esquema único que garantiza que
todos los individuos tengan acceso a una pensión básica, independientemente de
sus historiales de contribución.
Es decir, los chilenos que nunca cotizaron al sistema
contributivo tienen derecho a una pensión básica solidaria; mientras que a los
que sí aportan a su pensión, si su ahorro es muy bajo, se les complementa con
un aporte provisional solidario.
“El diseño del aporte previsional solidario asegura que las
pensiones de quienes hacen mayores contribuciones a su cuenta individual sean
siempre superiores a las pensiones de quienes contribuyen poco o nada, con ello
se busca no desincentivar la formalidad laboral”.
Enfatiza que un trabajador que sabe que podría recibir una
pensión no contributiva valorará menos una pensión contributiva y estará menos
dispuesto a asumir los costos de acceder a la formalidad.
