por ANTIMIO CRUZ
El grupo
tendría entre 100 y 700 individuos “residentes” en el Golfo de California:
estudio. La clave es la identificación de poblaciones de peces y crustáceos
para su alimentación.
Investigadores
de México y de Estados Unidos realizaron un estudio que concluyó que una
población de ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) permaneció en
el ecosistema del Golfo de California, en México, a lo largo de un año entero.
Esta conducta es una circunstancia inusual porque esos mamíferos marinos se
caracterizan por realizar grandes migraciones a lo largo del Océano Pacífico,
principalmente entre las aguas cercanas al Polo Norte y los Trópicos.
El equipo
binacional estuvo integrado por científicos de la Universidad Estatal de
Oregon (OSU por sus siglas en inglés) y de la Universidad Autónoma de
Baja California Sur (UABCS).
Esa misma
investigación ayudó a identificar patrones de desplazamiento de esas ballenas,
que son las segundas en mayor tamaño, de todo el mundo, después de la ballena
azul. El origen de este estudio se remonta al año 2001, cuando surgió la
hipótesis, pero posteriores datos, en los que se usó el registro de sonidos con
hidrófonos y el hallazgo de animales que sirven de alimento a esas ballenas,
confirmaron lo que se suponía.
El estudio
base, realizado en 2001, colectó los primeros datos de ballenas que permanecían
en México todo un año gracias a rastreadores satelitales que fueron colocados
en once ejemplares de esta especie, de los cuales se pudo seguir durante un año
completo a nueve, según explicó el profesor Bruce Mate, coautor del estudio y
director del Instituto de Mamíferos Marinos de la OSU.
Posteriormente,
en 2011 se inició una segunda etapa de investigación en la que comenzó a
seguirse y fotografiarse a algunos ejemplares específicos, como una hembra con
su descendencia. Otros ejemplares fueron seguidos en un proyecto conjunto de la
OSU y la UABCS y los resultados fueron publicados el pasado viernes en la
revista científica PLOS ONE.
“Una de las
razones por las que decidimos regresar a estos datos que se habían generado por
primera vez en 2001, es porque nos dimos cuenta de que había grandes huecos de
información sobre la conducta y desplazamientos de las ballenas de aleta en el
Golfo de California”, explicó Daniel Palacios, experto en equipos de
geoposicionamiento del Instituto de Mamíferos Marinos de la OSU. La ausencia de
datos se asocia también a que hay una población baja de estas ballenas y a que
resulta caro monitorearlas a lo largo de un año”.
Los primeros
reportes de la presencia de ballenas de aleta en el Golfo de California datan
de 1980, pero en el siglo XX no hubo proyectos para seguir sus rutas.
ALIMENTO
DISPONIBLE. Una de las piezas clave para explicar la presencia de ballenas de
aleta a lo largo de un año en México fue la identificación de poblaciones de
pequeños peces y pequeños crustáceos llamados krill, que ellas normalmente
cazan en las aguas del hemisferio norte.
La nueva
hipótesis sobre la presencia de ballenas tiene los siguientes datos:
Se estima que existirían entre 100 y 700 ballenas de aleta “residentes” en el
Golfo de California. El cálculo más sólido apunta a que serían 600. Ellas
se mezclan con otro número de ballenas de su especie que sí son migrantes y con
las que se reproducen en diferentes épocas del año.
El hecho de que estas ballenas permanezcan todo el año en el Golfo de
California podría significar que este “microcosmos” marino tiene más fuente de
nutrición que las conocidas hasta ahora.
El hecho de que esas ballenas permanezcan todo el año también implica que
dentro del propio golfo habría varios cambios fuertes de temperaturas del agua
a lo largo del año, pasando de cálido a frío, lo que permitiría a las ballenas
experimentar ciclos climáticos que experimentarían también si migraran.