viernes, 23 de agosto de 2019

Rigo Murillo, un diputado de clases



Al pueblo, una mísera lata de sardinas que no tiene parangón con el delicioso y costoso pastel gourmet con el que se intenta quedar bien con el 0bispo de La Paz, para que expiar sus culpas por aquello de los pecados de “no robarás y no mentirás”.