José Mújica: un ejemplo de liderazgo
Por Ing. Alfredo González González
Hace unos días, me encontré con la noticia de que José
Mújica mejor conocido cariñosamente como pepe Mújica, había fallecido este 13
de mayo de 2025 a sus 89 años de edad. Este personaje de la política uruguaya
tenía una personalidad bien curiosa, pensaba como un filósofo y vivía de manera
muy modesta, habiendo tenido la oportunidad de llenarse las bolsas con dinero.
Durante la historia hemos conocido a muchos tipos de líderes
como Adolfo Hitler, Mahatma Gandhi, Martin Lutter King, Barak Obama, entre
otros y cada uno tenía una forma de ser diferente, pero hay que reconocer que
Mújica los sobrepasaba en todo a la mayoría y velos, tristemente, que lo que
hoy en día hay son “pseudolíderes” que creen que la imagen, el dinero y la
posición es todo lo que importa.
Una de sus características es que era un hombre con una
resiliencia muy marcada, estuvo en la cárcel 13 años, él formó parte del
movimiento de liberación nacional, el cual era un movimiento guerrillero en los
años 60 como respuesta a la crisis que pasaba Uruguay.
Mientras estuvo encerrado, tuvo mucho desgaste físico y
emocional y fue hasta 1985 que se estableció el sistema democrático. Mújica
nunca se dio por vencido y logra ser, ni más ni menos que presidente de Uruguay
de 2010 hasta 2015.
Él siempre comentaba que aprendemos más de las situaciones
difíciles que de las fáciles y sencillas, una personalidad que fue formada en
sus años de encierro y soledad.
Siempre aconsejando a los jóvenes y sentía una gran
admiración por las mujeres uruguayas diciendo que: ¡Son personas fuertes!
Mucha diferencia a muchos de los líderes políticos que nos
ha tocado conocer; a los funcionarios, presidentes y gobernadores que son parte
de una alta sociedad donde el consumismo, los grandes recursos económicos y el
poder han sido el estandarte de estos.
Tenía una casa muy humilde, una perra llamada Manuela un
campo para sembrar flores y un Volkswagen de color celeste y con todo esto fue
votado para ocupar puestos públicos de manera masiva.
Durante sus cargos, siempre mantuvo su sencillez y decía que
todo lo que enseñaba el sistema era perjudicial para los jóvenes y gente de Uruguay
en general ya que al hablar de dinero y de consumir, hablando de un modelo económico,
solo hacía más grande la brecha social entre los habitantes.
Su mensaje era claro: “Solo vivimos para trabajar y acumular”,
viéndose una visión diferente, una forma de pensar de un estado de consciencia
más alto que el de los normales.
Con todo y sus carencias, él vivía feliz, no estaba amarrado
a los bienes materiales; un personaje similar a Jesucristo donde los buenos
valores, el amor al prójimo, la humildad y la honradez era lo principal de su
filosofía de vida.
Un cambio verdadero, no cae en ser líder, aunque sea natoo,
en ser una buena persona. No, eso no basta, se necesita hacer un cambio a nivel
consciencia como el que tuvo Pepe mientras estuvo en la Cárcel, porque no nada
más era tener el cargo, sino que la personalidad transformada actúe sobre el
mundo material en todos los aspectos.
Él despertó la consciencia de los jóvenes y, a través de
esto, durante su estancia en la política uruguaya ubo avance en todas las
áreas, menos en la educación en la cual el mismo reflexionó y dijo: “Puedo
ganar en muchas cosas, pero también perder”.
Todo un ejemplo de liderazgo y de vida, Pepe Mújica vivirá
en el corazón de los ciudadanos uruguayos y del mundo y con ello trascenderá.
Mújica no murió porque su lucha y el legado que dejó
habitará de generación en generación.
En paz descanse el gran Pepe Mújica.
Revisión: Marcos Robledo Santa Ana. Jefe de redacción de la
revista de la paz digital.