Transición energética en México no depende del atraco de las
empresas de energías renovables.
Por: Carlos
Portillo
Revolución TRESPUNTOCERO
Ante la polémica sobre las energías renovables en México,
poco se ha profundizado, por un lado, sobre los casos de corrupción detectados
en las empresas transnacionales “verdes”; y por otro, sobre los mecanismos con
los que cuenta la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) para generar
por su cuenta este tipo de energías. Sintetizando ambos aspectos, resulta
evidente que la transición energética no tiene por qué depender ni de la
corrupción, ni de la presencia de empresas extranjeras.
La Secretaría de Energía (Sener) detectó irregularidades en
el llamado Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable
de la Energía (Fotease), el cual habría manejado recursos por más de 9 mil
millones de pesos entre 2008 y 2018.
Supuestamente 46 proyectos fueron albergados por este fondo,
pero la mayoría de ellos no presentaron informes de conclusión financiera.
Otras anomalías encontradas son la disparidad entre el monto recibido y la obra
registrada, sobreprecios, proyectos inconclusos y alterados, falta de estudios
previos de viabilidad o evaluación durante el proceso, además de ausencia de
mecanismos para la rendición de cuentas.
El Fotease se creó durante el gobierno de Felipe Calderón,
en 2008, con la promulgación de la Ley para el Aprovechamiento de Energías
Renovables y el Financiamiento de Transición Energética, que en 2015, Enrique
Peña Nieto convertiría en la Ley de Transición Energética.
Aunque el proyecto terminó mutando en otro nicho de
corrupción para las administraciones panista y priista, su propósito original
supuestamente era capitalizar acciones hacia el uso de fuentes de energía
renovables y tecnologías limpias, especialmente en la industria eléctrica.
La propaganda oficial de aquellos gobiernos trataba de
abanderar las metas planteadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
entre las que destacaban: la contención del cambio climático y la supresión de
emisiones de dióxido de carbono u otros gases de efecto invernadero,
procedentes del uso de combustibles fósiles.
Del total de proyectos que fueron subsidiados, solo 25
permanecieron vigentes hasta finales del sexenio peñista.
En este sentido, el presidente Andrés Manuel López Obrador
explicó que su gobierno no está en contra de las energías renovables, sino de
la corrupción.
“No estamos en contra de la generación de energías limpias,
no estamos en contra de eso; al contrario, cada vez vamos a impulsar más las
energías alternativas. Estamos en contra de la corrupción, del saqueo y del
influyentismo que prevaleció durante todo el periodo neoliberal en la industria
eléctrica, que ese es el fondo del asunto”, manifestó.
Además detalló que lo que se está haciendo ahora “es poner
orden y que haya piso parejo. Entonces: no se suspende ningún contrato, no hay
expropiaciones, no hay estatismo, no hay nacionalización de la industria
eléctrica; estamos a favor de las energías limpias”.
Por su parte, la secretaria de Energía, Rocío Nahle,
puntualizó que “las energías eólicas y solar son energías intermitentes, ¿qué
quiere decir? Que nada más trabajan a cierta hora del día. Después de las 6 de
la tarde, que se oculta el sol, entonces tiene que entrar el respaldo, y el
respaldo lo hace la CFE con gas, el respaldo se hace a través de
termoeléctricas, se hace a través de ciclos combinados de esta tecnología que
mantiene la continuidad del sistema”.
Asimismo, en un conversación
filtrada entre Manuel Bartlett y la agencia Reuters, se escucha
al director general de la CFE decir: “cuando no hay sol, cuando no sopla
el viento, no hay electricidad. ¿Qué pasa? Instantáneamente tienen que entrar
las máquinas, que son de la CFE. ¿Sabes quién las paga? Nadie, no pagan el
respaldo las eólicas ni las fotovoltaicas. En este mundo de mentiras no
dicen eso, dicen que vamos en contra de las energías renovables”.
“¿Tú crees que es justo que la CFE subsidie a las empresas
que no generan todo el día? Los privados tienen que pagar la red y no la
pagan (…) Paguen y tendremos los millones necesarios para que todos alegremente
circulemos la electricidad”, resaltó Bartlett.
También señaló que el hecho de que estas compañías privadas
no paguen el respaldo ni la transmisión que lleva a cabo la CFE, representa un
atraco a dicha empresa pública.
“La CFE genera una cantidad importante de energía limpia,
tenemos presas muy importantes en todo el país, tenemos geotermia y tenemos
nuclear, para proteger el ambiente mexicano”, enfatizó.
A decir de Nahle, actualmente en Mexico el 7 por ciento de
la energía que se produce es eólica y el 4 por ciento es solar, lo que suma un
11 por ciento.
Sin embargo, en el ámbito de energías limpias también hay un
16 por ciento de energía hidráulica, a través de presas; una planta nuclear y
el uso de la geotermia, que emplea el calor del subsuelo.
“El 16 por ciento de las energías renovables en este país
son hidráulicas, y nadie ha mencionado las presas hídricas que tiene la CFE,
que son muy nobles. Y estas presas, pues lo ideal es que trabajen en su mayor
potencia”, destacó.
De esta manera, mientras la oposición salta de nuevo de un
tema otro y pretende abanderar luchas que nunca compartió ni defendió, resulta
evidente que la transición energética tendrá que ir de la mano de la
transformación política y social de México, pues el gobierno de López Obrador
no está dispuesto a que las energías renovables sean un pretexto para la
corrupción.