MADRI.- Como si de una carrera de Fórmula 1 se tratara,
China y EE.UU. compiten para obtener la tan ansiada vacuna que termine con la
pesadilla de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, el virus que causa la
covid-19.
R.Ibarrra
A principios de esta semana, EE.UU. anunció que la vacuna de
los laboratorios Moderna
Therapeutics estaría lista a finales de año en Norteamérica y, a
principios de 2021, en otros países del resto del mundo. [Actualmente, hay más
de 100 vacunas candidatas COVID-19 en desarrollo en todo el mundo].
Ahora, los investigadores chinos son los que dan un nuevo
paso al publicar hoy en «The Lancet» los datos de la primera vacuna COVID-19
en alcanzar el ensayo clínico de fase 1. La vacuna, dicen, es segura, bien
tolerada y capaz de generar una respuesta inmune contra el SARS-CoV-2 en
humanos.
El ensayo, llevado a cabo en 108 adultos sanos, «los datos
de la vacuna de Moderna eran solo de 8 personas» evaluó la seguridad y la
capacidad de generar una respuesta inmune de diferentes dosis de la vacuna Ad5-nCoV en
108 adultos sanos de entre 18 y 60 años que no había sido infectados por
SARS-CoV-2.
Y los primeros datos, a 28 días, son prometedores,
aunque los resultados finales se evaluarán en seis meses. Sin embargo, los
investigadores advierten que se necesitan más ensayos para determinar si la
respuesta inmune que provoca protege eficazmente contra la infección por
SARS-CoV-2.
«Estos resultados representan un hito importante»,
señala Wei Chen del Instituto de Biotecnología de Beijing en
Beijing y es responsable del estudio. El ensayo, añade, «demuestra que una
dosis única de la nueva vacuna COVID-19 vectorizada con adenovirus tipo
5 (Ad5-nCoV) produce anticuerpos específicos para virus y células T a los 14
días, lo que lo convierte en un candidato potencial para más investigación».
Sin embargo, reconoce, «estos resultados deben interpretarse
con cautela». Los desafíos en el desarrollo de una vacuna COVD-19 no tienen
precedentes, y la capacidad de desencadenar estas respuestas inmunes no
necesariamente indica que la vacuna protegerá a los humanos de COVID-19.
Los datos, asegura, «son prometedores para el desarrollo de las vacunas
COVID-19, pero todavía estamos muy lejos para que esta vacuna esté disponible
para todos».
La vacuna covid-19 vectorizada Ad5 utiliza un
virus del resfriado común debilitado (adenovirus, que infecta fácilmente las
células humanas, pero es incapaz de causar enfermedades) para entregar material
genético que codifica la proteína de la espiga del SARS-CoV-2 a las células. En
una segunda etapa, estas células producen la proteína espiga y viajan hasta los
ganglios linfáticos donde el sistema inmunitario fabrica los anticuerpos que
reconocerán esa proteína espiga y que atacarán contra el coronavirus.
Los investigadores analizaron la sangre de los 108
voluntarios, que recibieron diferentes dosis de la vacuna, a intervalos
regulares para ver si la vacuna estimulaba ambos brazos del sistema inmune:
la «respuesta humoral» -la parte del sistema inmune que produce
anticuerpos neutralizantes que pueden combatir las infecciones y podrían
ofrecer un nivel de inmunidad-, y la «respuesta celular» -que depende
de un grupo de células T, en lugar de anticuerpos, para combatir el virus-. La
vacuna ideal debería generar ambas respuestas -de anticuerpos y de células T-
para defenderse contra el SARS-CoV-2.
Dos semanas después de la vacunación, todas las dosis de la
vacuna activaron cierto nivel de respuesta inmune en forma de anticuerpos de
unión -que pueden unirse al coronavirus, pero no necesariamente atacarlo- y
algunos participantes tenían anticuerpos neutralizantes detectables contra el
SARS-CoV-2. A los 28 días, la mayoría tuvo un aumento en los anticuerpos de
unión y mostraron anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2.
Pero, además, subrayan los autores, la vacuna también
estimuló una «respuesta celular» de las células T en la mayoría de los
voluntarios, especialmente en los que recibieron las dosis más altas.
Sin embargo, los autores señalan que tanto la respuesta de
anticuerpos como de células T podría reducirse mediante una alta inmunidad
preexistente al adenovirus tipo 5 (el vector / portador del virus del
resfriado común).
Los autores señalan que las principales limitaciones del
ensayo son su pequeño tamaño de muestra, su duración relativamente corta y
la falta de un grupo de control aleatorizado, lo que limita la capacidad de
detectar reacciones adversas más raras a la vacuna o proporcionar evidencia
sólida de su capacidad para generar una reacción inmune. «Se necesitará más
investigación antes de que esta vacuna de prueba esté disponible para
todos», afirma Feng-Cai Zhu del Centro Provincial de Control y Prevención de
Enfermedades de Jiangsu en China, quien dirigió el estudio.
La buena noticia es que ya está en marcha un ensayo
aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo de fase 2 de esta vacuna en
Wuhan para determinar si los resultados pueden replicarse y si hay eventos
adversos hasta 6 meses después de la vacunación. Participan 500 voluntarios
adultos: 250 han sido vacunados con una dosis media, 125 una dosis baja y 125
un placebo como control. Por primera vez, se incluirá participantes
mayores de 60 años, una población diana muy importante para cuando haya una
vacuna.