Tres países, una pelota y muchas agendas políticas
Por Renato Consuegra
La pelota empezará a rodar en el verano de 2026, pero el
verdadero partido —el político y económico— ya arrancó, y se juega fuerte en la
zona de Norteamérica, donde el nuevo contexto trilateral es inédito: Claudia
Sheinbaum preside México desde septiembre de 2024; Mark Carney asumió como
primer ministro de Canadá en abril de este año; y Donald Trump, sí, Trump,
regresó al poder en Estados Unidos desde enero pasado. Tres liderazgos con
visiones muy distintas... y con una sola pelota de por medio: la del Mundial.
Más que un torneo, el Mundial 2026 se ha convertido en una
pieza de ajedrez geopolítico, pero mientras los grandes intereses diplomáticos
y financieros juegan su partida, ¿qué lugar ocupan las micro, pequeñas y
medianas empresas mexicanas? ¿Serán convocadas al juego o quedarán relegadas a
las gradas, como meros espectadores?
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha
reactivado su agenda proteccionista. En menos de seis meses, ha impuesto nuevos
aranceles a productos mexicanos y canadienses, alegando “seguridad nacional” y
“protección a la industria local”. Esto ha sacudido no solo las relaciones
comerciales en el marco del T-MEC, sino que también ha elevado los costos de
exportación para miles de MiPyMEs mexicanas, muchas de las cuales apenas habían
comenzado a integrarse a cadenas de valor regionales.
La retórica antiinmigrante también ha regresado con fuerza,
lo que tensa la cooperación trinacional justo cuando más se necesitaría
trabajar en conjunto para aprovechar el evento mundialista. Las posibilidades
de coordinación logística, promoción turística conjunta y facilidades
comerciales se ven debilitadas por las tensiones políticas entre los gobiernos.
En el otro extremo del triángulo, Claudia Sheinbaum intenta
mantener una narrativa de continuidad y modernización, apostando por el
fortalecimiento del comercio regional, pero con una visión más nacionalista.
Hasta ahora, su gobierno ha lanzado señales de apertura a los emprendedores,
pero sin políticas concretas —ni presupuestos suficientes— para asegurar que
las MiPyMEs estén en condiciones reales de aprovechar el Mundial.
Por su parte, Mark Carney, exbanquero central y ahora primer
ministro, impulsa una agenda de estabilidad financiera y transición verde, con
un Canadá parece enfocarse más en usar el Mundial como plataforma para
fortalecer su imagen de país moderno, seguro y diverso… aunque su relación con
Trump ya muestra signos de fricción.
A simple vista, el Mundial parece el símbolo perfecto de
colaboración continental, pero en la práctica, cada país lo está utilizando
para sus propios fines internos. Para Trump, es una oportunidad para enarbolar
el orgullo estadounidense —con estadios repletos de banderas, pero también de
controles migratorios más estrictos. Para Sheinbaum, aunque prácticamente no
habla del tema,puede representar una palanca de legitimidad internacional,
aunque aún está por verse si su equipo económico podrá articular una estrategia
nacional incluyente. Y para Carney, es un escaparate para reposicionar a Canadá
en el mapa global.
Pero mientras se tejen estos discursos, las MiPyMEs
mexicanas enfrentan la incertidumbre porque no está claro si habrá estímulos
fiscales, facilidades logísticas o una apertura real a los negocios locales en
torno al evento. Lo que sí parece claro es que si no se actúa pronto, los
beneficios del Mundial quedarán en manos de las grandes empresas
multinacionales, las cadenas hoteleras, los operadores logísticos y los
intermediarios digitales que ya están negociando su parte del pastel.
Entonces, ante este panorama político en torno al Mundial,
que no en el Mundial de Futbol, ¿qué implicaciones hay para las MiPyMEs?
1. Riesgo de
exclusión: Las licitaciones vinculadas al Mundial suelen exigir estándares
técnicos, fiscales y financieros difíciles de cumplir para las pequeñas
empresas y si no se diseñan convocatorias específicas para ellas, quedarán
fuera.
2. Mayor presión regulatoria: Las medidas aduanales y los
aranceles reactivados por Trump elevan costos, retrasan entregas y podrían
hacer inviables ciertos productos mexicanos para el mercado estadounidense justo
cuando la demanda turística podría crecer.
3. Oportunidades perdidas sin coordinación: Sin un eje
trinacional que articule promoción cultural, gastronómica y de servicios
locales, el evento pasará de largo para muchos emprendedores que podrían haber
brillado.
4. Necesidad de digitalización urgente: Para competir por
atención (y ventas) en el marco del Mundial, las MiPyMEs mexicanas necesitan
fortalecerse tecnológicamente. ¿Hay apoyos reales para ello? Hasta ahora, pocos
y dispersos.
El balón está en su cancha... y también en la nuestra. El
Mundial 2026 puede ser un punto de inflexión para los pequeños negocios
mexicanos, pero no lo será por sí solo, ya que se necesita presión ciudadana,
organización empresarial y acción gubernamental enfocada en democratizar los
beneficios del evento.
Ya no basta con decir que "el fútbol une a los
pueblos", sino que, debemos exigir que el Mundial también una voluntades
políticas para fomentar una verdadera inclusión económica. Lo contrario sería
desperdiciar la oportunidad más grande en décadas de proyectar a nuestras
MiPyMEs al mundo.
El partido ha comenzado y a ciencia cierta los emprendedores
mexicanos no quieren ser suplentes. Seguramente que quieren jugar. Y, sin duda,
también quieren ganar. La gran pregunta es: ¿podrán hacerlo frente a un
gobierno que al parecer no los quiere incluir en el cuadro titular?
De emprendimientos y más…
EBANX, empresa global de tecnología especializada en
soluciones de pago para mercados emergentes como América Latina, y APLAZO, fintech
mexicana especializada en soluciones de "Compra ahora, paga después"
(BNPL, por sus siglas en inglés), anunciaron una alianza estratégica para
fortalecer la oferta de pagos flexibles en México. Esta colaboración permite
que comercios online internacionales ofrezcan a sus clientes en México opciones
de financiamiento accesibles y adaptadas a sus necesidades… De acuerdo con los
Censos Económicos 2019, 99.8% de los establecimientos del país eran micro,
pequeño o mediano (MiPyMEs), y entre mayo de 2019 y 2023 nacieron 1.7 millones
de nuevos establecimientos, mientras que 1.4 millones cerraron. Es decir, que
hubo un crecimiento de 300 mil MiPyMEs tras y a pesar de la pandemia.
renato@yoemprendedor.mx