Por Antimio Cruz
Nuestros científicos. “No sabemos si es la madre o el propio
feto el que pone en
marcha la cascada de cambios fisiológicos que experimenta
la madre para contender con las contracciones”, explicó el joven doctor en
Ciencias y ganador del Premio Weizmann 2017.
En México, uno de cada cinco embarazos tiene el riesgo de
concluir como parto prematuro. Por ello, científicos mexicanos desarrollaron un
modelo de estudio original que usa electrocardiogramas abdominales y busca
predecir si una mujer embarazada experimentará un parto prematuro, antes de la
semana 37 de gestación.
José Javier Reyes Lagos, ganador del Premio Weizmann 2017
por haber elaborado la mejor tesis de Doctorado en Ingeniería y Tecnología,
creó un método no invasivo, que utiliza electrodos colocados temporalmente
sobre el vientre de las mujeres embarazadas, para estudiar las señales fisiológicas
que informan cómo se comportan el corazón y el sistema inmune en el cuerpo
femenino, cuando inicia un trabajo de parto.
El galardón que recibe es otorgado por la Academia Mexicana
de Ciencias (AMC), que es la asociación civil de científicos más importante del
país, fundada en 1959.
“El cuerpo pone en marcha o frena procesos a partir de
señales fisiológicas que se envían eléctrica o químicamente. Todavía hay
grandes interrogantes sobre cómo se detona el trabajo de parto. No sabemos si
es la madre o el propio feto el que pone en marcha la cascada de cambios
fisiológicos que experimenta la madre para contender con las contracciones”,
explicó el joven doctor en Ciencias, de 30 años de edad, hijo de un médico y
una laboratorista química de Martínez de la Torre, Veracruz.
El galardonado afirma que la Universidad Autónoma
Metropolitana-Unidad Iztapalapa es su alma mater, al haber obtenido en esa
institución los grados de ingeniero en Biomedicina, maestro en Ciencias
Biomédicas y doctor en Ciencias.
“Desde niño supe que me quería dedicar a trabajar con la
salud. Posiblemente por el ejemplo de mis padres. Al principio me interesó
mucho la química, pero después opté por la ingeniería biomédica porque sentía
que ésta tendría aplicaciones más directas para beneficio social”, indica el
experto que desarrolló, desde la maestría, una estrategia para poder “leer” las
señales fisiológicas que intervienen durante el parto.
“Nosotros hemos medido las fluctuaciones en la frecuencia
cardiaca durante el proceso de parto”, explicó a Crónica el doctor
Reyes Lagos.
“Hay que aclarar y distinguir entre dos cosas diferentes:
por un lado está la frecuencia cardiaca, que es el número de latidos de corazón
por minuto y que en general se eleva un poco durante el parto. Y por otro lado
tenemos las fluctuaciones o cambios en esa frecuencia cardiaca, pues el número
de latidos por minuto no es constante, presenta variaciones. Nosotros vemos que
cuando un cuerpo presenta más fluctuaciones o cambios en la frecuencia cardiaca
suele ser un cuerpo más saludable, que se está ajustando más rápidamente a
cambios durante el proceso de parto. En contraste, vemos que las personas con
depresión o con estados críticos de salud tienen muy pocos cambios en la
frecuencia de sus latidos”, añadió.
CORAZÓN E INFLAMACIÓN. Además de medir los cambios en la
frecuencia cardiaca durante el parto, una segunda aportación que generó el
trabajo del doctor Javier Reyes es documentar una relación entre los cambios en
la frecuencia cardiaca y el arranque o puesta en marcha de la inflación de
algunos tejidos, preparándose para el parto. Ése es el tema de la tesis que
recibió el Premio Weizmann 2017: Asociación de una respuesta inflamatoria con
la dinámica de las fluctuaciones de la frecuencia cardiaca durante el trabajo
de parto a término y de bajo riesgo.
Pese a que hay un proceso natural en la mujer en relación
con el inicio del trabajo de alumbramiento, “todavía existen grandes
interrogantes respecto a qué es lo que lo desencadena, si es el propio estrés
de la madre o el feto que a través de una especie de reloj biológico le indica
que ya debe nacer”, además de los enfoques endocrinológicos o inmunológicos,
entre otros.
Los partos pretérmino en México tienen una incidencia de al
menos 20 por ciento, por lo que herramientas de diagnóstico no invasivas y que
no causen dolor a la madre o al feto son muy necesarias, al permitir, entre
otros beneficios, predecir algunas de las complicaciones que podrían
presentarse durante el nacimiento.
Uno de los propósitos de la tesis es proponer un enfoque
integral desde la fisiología, la ingeniería biomédica y la inmunología para
tratar de explorar qué es lo que sucede en el inicio del trabajo de parto.
El joven doctor en Ciencias, que siendo estudiante había
ganado el Premio Estatal de la Juventud, en Veracruz, explicó que su trabajo
fue dirigido por los doctores Gustavo Pacheco López, investigador del
Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Lerma, de la UAM, y Miguel
Ángel Peña Castillo, docente del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la
Unidad Iztapalapa de la misma Universidad
“Como integrante del grupo de trabajo del Laboratorio de
Ingeniería de Fenómenos Fisiológicos Perinatales de la Unidad Iztapalapa he
trabajado en estos temas desde la maestría”, porque existen diversas
problemáticas respecto de la salud materno-infantil en el parto”, indicó el
científico que actualmente es profesor de tiempo completo en el área de
Bioingeniería Médica en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), en
Toluca.
El experto en ingeniería Biomédica, explicó que parte de su formación
incluye una estancia en la Universidad de Duisburg-Essen, Alemania.
“Algo que tengo muy presente es que yo fui a Alemania con
algo de preocupación sobre cómo trabajaría en universidades de países tan
avanzados, pero estando allá me di cuenta de que la UAM me dio muchas
herramientas para tener competencias internacionales, es decir, para trabajar
con grupos internacionales. Los mexicanos no debemos sentirnos menos en
ambientes científicos de otros países, sobre todo si nos gusta nuestra materia.
A mí me gusta mucho el procesamiento de señales fisiológicas y entender cómo
extraer información útil de esas señales para la toma de decisiones médicas.
Eso fui a hacer a Alemania y pude trabajar muy bien. Eso es algo que me
gustaría que sintieran otros jóvenes científicos mexicanos en formación”,
concluyó.