Por Samantta Hernández Escobar
Autoridades mexicanas habían dicho que abrirían las puertas
en la frontera sur y que permitirían el ingreso en grupos de 50, comenzando con
mujeres y niños, pero los migrantes centroamericanos decidieron brincar la
reja.
Los más de 4,600 migrantes que forman parte de la
caravana que el pasado fin de semana salieron deHonduras rumbo a Estados Unidos,
derribaron este viernes la reja fronteriza entre México y Guatemalaingresando
a territorio mexicano a la fuerza pese a que las autoridades ya habían
asegurado que abrirían las puertas y permitirían el ingreso en grupos de 50,
comenzando con mujeres y niños.
Sin embargo, luego de que las autoridades fronterizas
señalaran que la segmentación sería para revisión de papeles, los
migrantes se negaron a ser separados pues muchos señalaron no traer
pasaporte y además, manifestaron su temor de ser deportados al quedar
vulnerables en grupos más pequeños.
En testimonios recopilados por el periodista Édgar
Muñóz de Noticias Telemundo, los migrantes señalaron que en Honduras
es muy complicado que los ciudadanos tengan pasaporte.
“Nosotros tenemos hambre, el gobierno no nos ayuda,
violan nuestros derechos y necesitamos salir para proteger a nuestros hijos”,
aseguró una migrante hondureña a Muñoz mientras se encontraban a unos metros
del cruce fronterizo.
Fueron muchos los casos en los los migrantes dijeron
que “preferían morir” ahí mismo que regresar a Honduras en donde “no
hay ningún futuro”.
“Lo hago pensando en el futuro de mi hija, ya no se
puede regresar“, dijo otra mujer con una pequeña de dos años en brazos.
“Esto no es un movimiento político, todo es un
invento, venimos buscando trabajo y comida, nosotros solo queremos
trabajar”, aseguraron los migrantes.
Al ser cuestionados sobre sus planes una vez que lograran
ingresar al territorio mexicano, hubo quien aseguró que estaría un tiempo
en nuestro país para poder seguir su camino hasta Estados Unidos pero
también hubo casos de personas que señalaron que pretendían quedarse en
México a buscar trabajo.
Menos de 20 minutos después de que el primer grupo de
migrantes tiró la reja amarilla entre México y Guatemala, un río de gente inundó
el Puente Ciudad Hidalgo de aproximadamente 1 kilómetro de largo para
continuar con su camino.
Poco después de su ingreso a territorio mexicano, la
caravana llegó a una segunda reja en donde no todos corrieron con la misma
suerte ya que debido al episodio violento, el ejército mexicano tuvo que
intervenir para bloquear el ingreso de, en su mayoría, hombres.
Gran parte de las mujeres y niños que forman parte de
este grupo lograron pasar primeropero los demás fueron relegados al cerrarles
una segunda reja e incluso, en la transmisión en vivo se observó el uso de gas
lacrimógeno.
Sin embargo, ese no fue un obstáculo para los migrantes,
pues muchos de ellos prefirieron saltar al Río Suchiate poniendo en
riesgo sus vidas, debido a que el río no es tan profundo y la caída era de
varios metros, pero manteniendo en alto el lema que muchos traían consigo
desde que salió la caravana: “Será la voluntad de Dios, prefiero morir que
regresar”.
Se ha dado a conocer que el gobierno de Chiapas puso en
marcha nueve albergues para atender a los migrantes pero se cree que
el espacio no será suficiente para las miles de personas.