Conocida por sus rabietas y
caprichos, la diputada Milenia Quiroga Romero se quejó este día de que los
funcionarios de gobierno no acudan a los llamados a comparecer, por lo que
propuso modificaciones legislativas para obligarlos.
En este caso, nuestros sufridos y
abnegados diputados, tendrían primero que predicar con el ejemplo.
Nadie los toma en serio; la
ciudadanía tiene una pésima opinión de la actual Legislatura, que se la han
pasado agarrados del chongo y, a mordidas.
Luego entonces, para exigir respeto,
se tendría que empezar por conducirse con respeto.
Para no irnos muy a fondo, basta con
revisar las sesiones que celebran de manera virtual, pues las suspenden cuando
no tienen libreto elaborado para golpear en el pleito ese que se cargan por el
manejo de los dineros.
Vamos, usan las sesiones nada más
para sus fines perversos, no hay nada que se trate por el bien comunitario,
todo es político. Por si fuera poco, no hay una seriedad en la sucesión de las
sesiones que la ley mandata deben de ser martes y jueves a las 11 horas.
No es por medio de la ley ni con medidas
coercitivas como los diputados estarían haciéndose respetar, sino mediante una
conducción seria, ejemplar, como lo espera la ciudadanía.